El Plan de Dios para Su Dinero

En otros términos, Pablo dice que les ha declarado “todo el consejo de Dios”, y enseñado todo lo que hay en la Palabra de Dios para provecho del pueblo de Dios. Toda la voluntad de Dios incluye lo concerniente al dinero. Forma parte de todo el consejo o voluntad de Dios.

El segundo paso esencial para conocer la voluntad de Dios es aprender a pensar como Él

Primero, ríndase sin reservas a Dios. Pablo dice que debe poner su cuerpo sobre el altar “en sacrificio vivo”. Él lo compara con los sacrificios del Antiguo Testamento, en los cuales mataban primero los animales que se ofrecían y en seguida los ponían sobre el altar

pasar horas ideando planes para enriquecerse.

Perseguir el dinero es un esfuerzo terrible que produce gran frustración. No corra tras el dinero. Eso dice Jesús. Deje que el dinero lo busque a usted. Si en la vida ha seguido el curso correcto, entonces el dinero le será añadido. No tiene que desvelarse ni

quisito para ser santo. Respeto a las personas que tienen ese punto de vista, pero esto no es bíblico.

El fracaso, la derrota, la frustración y la pobreza no son la voluntad de Dios. Yo crecí bajo el influjo de una tradición religiosa que consideraba la pobreza como un re

El segundo paso esencial para conocer la voluntad de Dios es aprender a pensar como Él. Pablo llama a esto la renovación del entendimiento. Significa cambiar toda su perspectiva, lo cual incluye su manera de pensar, sus valores, sus normas y sus prioridades. Sólo cuando la mente es renovada puede uno percibir la voluntad

blo dice que debe poner su cuerpo sobre el altar “en sacrificio vivo”. Él lo compara con los sacrificios del Antiguo Testamento, en los cuales mataban primero los animales que se ofrecían y en seguida los ponían sobre el altar. De ese modo eran separados para Dios. Pablo dice que usted debe hacer lo mismo con su cuerpo: Ponerlo en el altar del servicio a Dios sin reservas. La única diferencia es que usted no mata el cuerpo, sino que lo presenta como sacrificio vivo.

Pablo señala dos pasos esenciales para conocer la voluntad de Dios. Primero, ríndase sin reservas a Dios. Pa