Planeta insostenible

“sostenibilidad” desde hace varios años. Para ilustrar este concepto describe una carretera que, sin contar con alguna curva, se pierde en el punto focal.

Es momento de ir pensando en que no solo la eficiencia de los coches, la producción o la purificación de agua van a hacer un mundo más sustentable. También es momento de cambiar nuestras actitudes con respecto a la demanda de cada uno de estos elementos.

Ciudad de México que, aun cuando llueve diez veces más de lo que se requiere, la evaporación y el requerimiento de agua de los ecosistemas indican que no puede proveerse la cantidad del líquido necesario para toda la población

ninguna de las fuentes alternativas está exenta de generar problemas ecológicos de gran magnitud.

Finalmente, el nuevo paradigma tiene que restablecer los estándares de felicidad y desligarlos emocionalmente de la cantidad de recursos monetarios.

Este nuevo paradigma tiene que basarse primordialmente en que somos parte de la naturaleza y no estamos por encima de ella.

recurso financiero tendría que estar hasta el final de un grupo de prioridades y donde la interacción con la naturaleza es lo primero, las interacciones sociales son lo segundo y la economía sería lo tercero.

Es muy complicado proveer de acciones específicas que llenen la base del nuevo paradigma, porque nuestro cerebro solo puede imaginar cosas que ya se han vivido previamente. Es posible hacer esto cuando se tienen los ladrillos para construir un imaginario colectivo, pero los nuevos paradigmas tienen que construirse desde el concepto del nuevo material de construcción que se va a utilizar.

Modificar las prioridades en la sociedad es un factor relevante para evitar que las dinámicas de nuestra relación con la naturaleza nos puedan llevar al colapso.

Aquellas civilizaciones que han buscado sacar el mayor provecho de la naturaleza, son aquellas que también ponen la competencia por encima de la colaboración social. Estas civilizaciones han colapsado en diferentes continentes y periodos de tiempo.

A la naturaleza no se la puede controlar, por mucho que lo hayamos intentado. La naturaleza siempre encuentra un camino diferente al que hemos planeado para ella.