El camino de la felicidad

sólo se puede estar en dos momentos: creciendo o envejeciendo. El precio de quedarse clavado en la historia sin crecer más es empezar a envejecer.

Vos elegís hada dónde y vos decidís hasta cuándo, porque tu camino es un asunto exclusivamente tuyo.

Crecer es un beneficio pero implica una pérdida

vale la pena, pero que la pena es inevitable.

Carta para Claudia

saborear el hecho de vivir.

Es hora de aplicar la regla del oso idiota.

El desafío no es ser otro. El desafío es ser uno mismo.

Puedo compartir lo que tengo…

Puedo contarte lo que siento…

Puedo dedicarte lo que hago…

Puedo elegirte y estar contigo en mis momentos más felices. Pero no puedo compartir mi felicidad.

No puedo… aunque me duela… no puedo hacerte feliz.

así como el hombre aprende a renunciar a ciertos alimentos que lo dañan, debe también aprender a renunciar a ciertas emociones que lo perjudican.