—Llamaron a la muerte de mi hermana un suicidio. —Poco a poco, pasa los dedos por su muñeca, recordando algo de hace mucho tiempo—. Eso fue mentira y lo sabía. Era una mujer triste, pero nunca habría hecho una cosa así. No cuando tenía a Cal y Tibe. Fue asesinada y no dije nada. Tenía miedo y dejé que su muerte fuese una
vergüenza. Y desde ese día, he estado trabajando para arreglar eso, esperando en las sombras de este mundo monstruoso, esperando mi momento para vengarla. —Me mira. Sus ojos brillando con lágrimas—. Supongo que este es un buen momento para empezar