Mientras sigamos charlando con los demás no sabremos lo que hay oculto en nuestro interior. Si queremos descubrir el «yo» interior, tenemos que deshacernos del «tú». Tenemos que dejar de ver al otro, tenemos que alejarnos del otro. Mientras sigamos apegados al «tú» no podremos percibir el «yo», la naturaleza del «yo». Todas nuestras miradas, nuestras ojeadas y nuestras tendencias fluyen hacia el otro.