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Jorge Volpi

Enrabiados

  • Rafael Ramoshar citeretfor 3 måneder siden
    En Enrabiados, Santiago copió textualmente esta carta, sustituyendo el verbo «decir» por «cantar» y a Rulfo, Arreola y Urroz por Maria Callas, Giuseppe di Stefano y Rolando Villazón. ¡Santiago lo había logrado! ¡Tantos años de leer y escribir relatos policiacos al fin le servían para algo!
  • Rafael Ramoshar citeretfor 3 måneder siden
    A quien corresponda:

    Cuando encuentren esta nota será demasiado tarde, me encontraré ya en el mudo territorio del vacío. Yo mismo me suministré el veneno. ¿Por qué? Me he dado cuenta de que prefiero el silencio. Mas no piensen en la callada vejez de Rulfo, Arreola o Urroz: ellos se dieron cuenta, de pronto, de que ya nada tenían que decir. Yo, en cambio, he descubierto que nunca lo he tenido. Como dije en una entrevista, solo escribo porque no sé hacer nada mejor. Pero la verdad es que lo hago muy mal. No se culpe a nadie de mi muerte.

    J. P. Dietrich
  • Rafael Ramoshar citeretfor 3 måneder siden
    –Como el mayordomo, el crítico siempre tiene la culpa –musitó Susi.

    Era la menos indicada para decirlo: mientras la mayor parte de los miembros de su generación debió soportar estoicamente los insultos y diatribas de Tostado, ella recibía incontables halagos y mimos de su parte. Y lo extraño es que estos no se debían ni a sus dotes como narradora (más bien nulos) ni a su disposición o falta de ella a conceder favores sexuales: su éxito era uno de esos pequeños misterios que anidan en toda comunidad literaria.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 3 måneder siden
    Marginados de las francachelas colectivas, pronto se dieron cuenta de que su destino era convertirse en intelectuales. Aquel designio les venía como anillo al dedo: lo único que debían hacer era memorizar apellidos rusos –escritores, directores de cine y amantes de poetas– y tener la capacidad de discernir entre lo fenomenal y lo pútrido. En aquellos años, lo in eran los muralistas, Nicaragua, Fidel y, por encima de todo, ese dios rollizo y tropical que había inventado Macondo; lo out, los gringos, el PRI y, en especial, ese demonio rollizo y altanero llamado Octavio Paz (en los años subsecuentes, los elementos se intercambiarían con pasmosa rapidez).
  • Rafael Ramoshar citeretfor 3 måneder siden
    Casi con miedo, posó sus manos en la cubierta –era más liviana de lo que imaginó– y sus ojos, al igual que los de Amadeo, quien permanecía a unos pasos de distancia, se encendieron con un fulgor inusitado, semejante al que padeció la primera vez que hizo sonar un instrumento y supo que gracias a él sería capaz de crear belleza y dolor.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 3 måneder siden
    Inventó las manos tersas y el cuello altivo de su vecina, su rostro leve, el negro de sus ojos e incluso le asoció un pasado irreconciliable y amargo: solo alguien que había sufrido podía tocar de aquel modo. Le dibujó un amante despiadado y mucho olvido.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 3 måneder siden
    Su carácter se adecuaba más al tipo de personas que se esfuerzan por pasar inadvertidas, alegres de que el profesor no las reconozca por la calle. La mayor parte de las veces su táctica resultaba contraproducente: desde luego, el maestro no se acordaba de él fuera del aula, pero tampoco dentro y, como lo desconocido se asimila a lo perverso, nunca se permitió escapar de la mediocridad.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 3 måneder siden
    Abrió las piernas y recibió el arpa con las rodillas. Los pies descalzos se posaron sobre la frialdad de los pedales y los dedos llagados acariciaron una vez más las cuerdas. Mozart, Händel, Rodrigo, Boildieu, Bach, Debussy, Gossec se sucedieron para luego mezclarse y confundirse en una gigantesca masa sonora. La composición parecía crecer al infinito, engullirlo todo, abarcar cuanta música había sido escrita hasta el momento. Era un hoyo negro adonde iban a parar desde los sonidos más extravagantes, desde las melodías más simples, hasta las más extrañas armonías. La música entera cabía en ese arpa y en ese cuerpo que ahora formaban una sola materia.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 3 måneder siden
    La Ley 36.4, emitida por la 17R el 11 de abril de 2034, establece que todas las moradas deben contar con paredes traslúcidas…

    …el interior debe ser bien visible desde la calle…

    …y quien se resista será multado con 9877 salarios mínimos.
  • Rafael Ramoshar citeretfor 3 måneder siden
    La pandemia

    Sobrevino entonces lo inconcebible: esa ola purulenta que trastocó incontables vidas –y segó tantas otras– y que, entre sus efectos, provocó un brutal cambio en las preocupaciones cotidianas: lo que antes parecía importar, ahora resultaba irrelevante.
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