Existen pocos conceptos que surquen la trayectoria y la acción
políticas de Juan Manuel Santos como el de traición. Paradójicamente,
la designación de traidor proviene no sólo de quienes ahora
son sus enemigos políticos, sus antiguos camaradas. Es así también
como quisiera verse a sí mismo. En una de las entrevistas más
reveladoras que ha concedido como Presidente de la República,
Santos confesó a la periodista Patricia Lara su temor (deseado) de que al final de su gobierno lo describiesen como un 'traidor de
su clase’: “Cuando termine el gobierno van a llamarme así -dice,
sonriente, el Presidente Juan Manuel Santos, al tiempo que me muestra el título de la biografía de Roosevelt que lleva en la mano
y que, por estos días de Año Nuevo, lo mantiene absorto: Traitor
to his class (Traidor de su clase)”1. Se trata de la biografía escrita William Brands, que le permitió ser finalista2 del renombrado
Premio Pulitzer y que fue significativamente subtitulada como la vida privilegiada y la presidencia radical de Franklin Delano Roosevelt3.
Santos, como Roosevelt, proviene de una familia privilegiada,
pero también cultiva la fantasía secreta -hasta ahora limitada al plano puramente onírico- de ser un presidente radical y, eventualmente,
“un traidor de su clase”.