Un hombre sin domicilio estable ni empleo fijo, con relaciones amistosas que incluían la tensa discordia y vínculos amorosos que no se excluían entre sí; un solitario incurable que continuamente procuraba pertenecer a grupos (estudiantiles, políticos, religiosos, profesionales, culturales, etc.) con los que entraba, de manera fatídica, en conexiones problemáticas y sospechosas. Alguien cuyos propios seguidores y especialistas preferirían ignorar u olvidar que abrevó de fuentes comunes al fascismo, que profesó concepciones epistemológicamente inadmisibles o que, incluso, condescendió a promiscuidades en lo personal y privado