Este libro contiene una denuncia intelectual de la guerra, de la restricción de los derechos fundamentales, o las reformas constitucionales sectarias como instrumentos para pretender alcanzar una paz nominal, falsa, no basada en el respeto a los valores del Estado de Derecho y del propio Derecho como mecanismo objetivo para conseguir la paz social. Será de gran utilidad para los juristas interesados en comprender el papel de la Corte Constitucional y el resto de poderes públicos en la construcción del Estado constitucional, en el período 2002–2010, porque si algo queda claro de este trabajo es que el constitucionalismo sólo se puede vincular a la democracia, y esta a la Libertad, así con mayúsculas, para que cobren vida los derechos fundamentales de las personas.