La especie desbocada

En el cerebro activo, las ideas se multiplican ferozmente y compiten. Unas cuantas alcanzan la conciencia consciente, pero la mayoría no llega a ese umbral y se queda en el camino.

Al final, el camino zigzagueante de nuestra especie viene determinado no por la plétora de ideas que se nos ocurren, sino por el número más reducido que decidimos seguir.

Generar ideas y tirar casi todas a la basura puede parecer un desperdicio, pero está en el corazón del proceso creativo.

Diversificar las opciones es solo la mitad de la historia; tirar la mayoría de opciones a la basura es la otra mitad. Tal como dijo en una ocasión Francis Crick: «El hombre peligroso es el que solo tiene una teoría, porque luchará a muerte por ella.»12 La mejor manera de abordar cualquier cuestión, sugirió Crick, consiste en tener muchas ideas y dejar que la mayoría muera.

Desperdigar semillas en el mayor territorio posible es importante; incluso las pequeñas inversiones en ideas descabelladas pueden dar fruto.

«La conciencia humana se mueve, pero no da un salto: es solo una pulgada. Una pulgada es un pequeño salto, pero ese salto lo es todo. Te aventuras, pero vuelves... para ver si puedes avanzar esa pulgada.»

Como nadie sabe por adelantado dónde se encuentra el néctar del éxito comercial, las empresas con inventiva recorren de manera regular diferentes distancias desde la colmena.

Cualquier empresa que quiera ser líder en innovación tiene que lidiar con un triple problema: el futuro es difícil de prever, casi todas las ideas mueren y ni siquiera los grandes conceptos perduran. ¿Qué hacen, pues, las empresas creativas?

Gran parte del pensamiento creativo ocurre de manera inconsciente, pero podemos prender la mecha si nos colocamos en situaciones que exigen ingenio y pensamiento flexible.

Desde Einstein a Picasso, los responsables de los avances más importantes fueron prolíficos, lo que nos recuerda que la producción se halla en el centro de la mentalidad creativa.12 Al igual que tantas otras empresas humanas, la creatividad se refuerza con la práctica.1

¿Cuáles son las lecciones que recibimos de la creatividad y la innovación? Es una buena costumbre no conformarse con la primera solución. El cerebro es un bosque de interconectividad, pero como está construido para la eficiencia, tiende a conformarse con la respuesta más trillada; resulta difícil catapultarse hacia las ideas más inesperadas.