Todos os creéis que la vida consiste en encontrar un secreto, una revelación que le dé sentido a nuestra existencia..., pero puede que no haya nada al final del túnel, que lo que creíamos una luz de salvación sea tan solo el tenue resplandor del vestíbulo frío de la otra entrada. ¡Imagínate! ¡Qué cruel sería! Y también divertido. A lo mejor estamos todos en un tubo, una especie de intestino gigante, unos en una dirección y otros en la opuesta, todos convencidos de ir a encontrar la luz donde los demás solo han dejado un purgatorio gris. Y nadie se hablaría. Nadie le diría a su semejante: «Por ahí no hay nada, compañero, ¡es de donde vengo!». ¡Sería trágicamente cómico! –Me reí con malicia–. Cómico e inútil. ¿Te has parado a pensarlo? ¿Qué harías, qué haríais si al final no hubiese nada que buscar, si todo esto fuera simplemente una gigantesca sucesión de casualidades sin mensaje oculto?