En resumen, debemos buscar un nuevo pacto social que descanse en un nuevo Estado de bienestar: uno con mayor presencia en nuestras vidas, con instituciones capaces y funcionales que sí logre igualar las oportunidades para esta generación y las que vienen. Urgen medidas como la mejora de la infraestructura en educación, salud, transporte, comercio, seguridad y esparcimiento. También la creación de programas de transferencias universales para grupos en edad vulnerable, el acceso universal a la salud, la creación de un sistema nacional de cuidados, así como una regulación que evite la discriminación y fomente una mayor participación laboral femenina.