Dolores Redondo

Todo esto te daré

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  • Diemhar citeretfor 3 år siden
    La certeza es alivio momentáneo, porque la verdad es siempre excesiva. Cuando llega poco a poco, te acostumbras a tragarla, como la tierra gallega traga el agua que cae del cielo, pero, cuando llega de pronto como un tsunami, la verdad acaba doliendo tanto como la peor de las mentiras.
  • Diemhar citeretfor 3 år siden
    sólo tenía sentido regresar si alguien te estaba esperando.
  • Diemhar citeretfor 3 år siden
    dice que todo el mundo sabe cuándo va a morir, da igual que sea por un cáncer, un infarto, un terremoto o los arrolle el tren. Laura dice que un rato antes lo saben, que actúan de un modo distinto, les invade una melancolía extraña, una especie de aceptación de lo que llega, como si fueran a emprender un viaje inevitable…
  • Diemhar citeretfor 3 år siden
    Sintió lástima no por ellos, ni por él, lástima por todos los solitarios, abandonados y desolados que no pueden apagar la luz cuando llega la noche a sus almas
  • Diemhar citeretfor 3 år siden
    La única cosa capaz de sustraer del mayor sufrimiento a un hombre bueno es el dolor ajeno.
  • Diemhar citeretfor 3 år siden
    y en cuántas ocasiones aquel dragón contra el que luchamos duerme en el fondo de nuestro corazón, y la búsqueda de la justicia pretende una clase de reparación que es imposible de hallar, porque el monstruo vivirá eternamente en las pesadillas que arrastramos desde el pasado y sólo cesará con nuestra propia inmolación
  • Diemhar citeretfor 3 år siden
    Estaba convencido de que no volvería a dirigirme la palabra en su vida, pero no dejó de hablarme, aunque cuando lo hace hay en su voz tanto desprecio que no deja de recordarme por qué estamos así.
  • Diemhar citeretfor 3 år siden
    Y a la vez, el hombre roto de pena, el doliente pecador que con el pecho abierto se exponía ante él, le conmovía de un modo visceral y humano que le causaba una mezcla de repugnancia y hermandad en el horror, como si él mismo fuese un poco responsable de todos los horrores, de todas las humillaciones y vejaciones cometidas contra todas las mujeres del mundo desde el principio de la humanidad; y discernió de una manera muy básica que así era, que cada hombre de la Tierra, por el hecho de ser hombre, era culpable de todo el dolor del mundo.
  • Diemhar citeretfor 3 år siden
    Ese día reconoció en el gesto de Manuel el dolor amordazado, atado de pies y manos que uno decide mantener prisionero para siempre en una celda del alma. Reconocer a alguien que, como ella misma, había aceptado ser carcelero de su miedo había sido suficiente para conmover su corazón, para, sin palabras, rendirse ante un sufrimiento que presentía inmenso
  • Diemhar citeretfor 3 år siden
    Pero hubo una mañana en que descubrió aterrorizado que había olvidado su olor, que no recordaba su rostro, que no le quedaban ni sus recuerdos, que empeñado en negar el dolor se lo había entregado al «no», y el «no» lo estaba devorando hasta hacerlo desaparecer, como si jamás hubiera existido.
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