Definitivamente soy de apreciar un uso rico y preciso del lenguaje y desde ahí Dolores Redondo me tiene, pero más allá de eso este libro ha sido mucho, no sólo por el argumento tan fuerte y tan bien manejado durante todo el desarrollo. Creo a pesar de ser un "thriller" puedo decir que tocó muchas fibras sensibles con el viaje personal de Manuel, con esa amistad pura y entrañable que se forjó entre ellos y con el hecho de que se permitieran esa vulnerabilidad que sólo se permiten los valientes.
Hay cientos de metáforas muy bien trabajadas en este libro, en lo personal creo que me quedaré con la de "El diota mirando al mar" porque fue un baño de realidad para mí.
Y finalmente:
Por esas verdades tan dolorosas que muchos han decidido esconder, para que alguna vez lleguen a ser habladas, lloradas y sanadas... Un brindis con la copa de vino tinto en alto.
Una gran historia