—Supe que ganarías desde el momento en el que te vi —le susurró, y a Celaena se le encogió el corazón al comprender los vínculos que los unían—. Aunque reconozco que no me esperaba todo esto. Y… por muy frívola y retorcida que haya sido toda esta idea de la competición, me alegro de que se haya celebrado, porque de no ser así nunca habrías entrado en mi vida. Por mucho tiempo que viva, jamás dejaré de dar las gracias por eso.