Svetlana Alexsievich

De una batalla perdida

  • O Hastingshar citeretfor 10 måneder siden
    El comunismo no ha muerto. El cadáver está vivo.
  • O Hastingshar citeretfor 10 måneder siden
    Confieso que no fui libre enseguida. Fui sincera con mis héroes y ellos confiaron en mí. Cada uno de nosotros ha tenido su propio camino hacia la libertad.
  • O Hastingshar citeretfor 10 måneder siden
    He descubierto que las armas son bonitas: las metralletas, las minas, los tanques. El ser humano le ha dedicado mucho tiempo a pensar en la mejor forma de matar a otro ser humano.
  • Cristinahar citeretsidste måned
    Un viejo apicultor me contaba: «He salido por la mañana al jardín y algo me faltaba, un sonido familiar. Ni una sola abeja… No se oía ni una abeja. ¡Ni una sola! ¿Por qué? ¿Qué pasa? Tampoco volaron al día siguiente ni al otro… Después informaron de un accidente en una central nuclear, una que estaba cerca. Pero habíamos estado mucho tiempo sin saber nada. Las abejas lo sabían y nosotros, no».
  • Cristinahar citeretsidste måned
    Me preguntaba qué libro sobre la guerra me habría gustado escribir. Me habría gustado escribir sobre un ser humano que no dispara, que no puede abrir fuego sobre otro ser humano, a quien la propia idea de la guerra le haga sufrir. ¿Dónde está? No lo he encontrado.
  • Cristinahar citeretsidste måned
    Se me acercó una afgana joven con un crío en los brazos, quiso decir algo —en diez años todos han aprendido a hablar algo de ruso—, le di el juguete al crío, este lo sujetó con los dientes. «¿Por qué con los dientes?», me sorprendí. La afgana retiró la manta del pequeño cuerpecito: el niño no tenía brazos. «Tus rusos nos bombardearon». Alguien me sujetó, yo me desmoronaba…
  • Cristinahar citeretsidste måned
    Me enseñaron el lugar del aeropuerto donde había centenares de ataúdes de cinc; tenían un misterioso brillo a la luz del sol. El oficial que me acompañaba no pudo reprimirse: «Puede que aquí esté mi ataúd… Me meterán ahí… ¿Y por qué estoy aquí combatiendo?». Enseguida se asustó de lo que había dicho: «Eso no lo escriba».

    Por la noche soñé con los muertos, todos tenían cara de sorpresa: ¿cómo que estoy muerto?, ¿de verdad estoy muerto?
  • Cristinahar citeretsidste måned
    Es mi segunda semana aquí y no puedo librarme del sentimiento de que la guerra es fruto de la naturaleza masculina, para mí inconcebible. Pero el carácter ordinario y cotidiano de la guerra es grandioso. He descubierto que las armas son bonitas: las metralletas, las minas, los tanques. El ser humano le ha dedicado mucho tiempo a pensar en la mejor forma de matar a otro ser humano. La eterna discusión entre la verdad y la belleza.
  • Cristinahar citeretsidste måned
    Nuestro mundo infantil de después de la guerra era un mundo de mujeres. Lo que más se me ha quedado en la memoria es que las mujeres no hablaban de la muerte, sino del amor. Contaban cómo se habían despedido la última vez del hombre amado, cómo lo habían esperado, como seguían esperándolo.
  • Cristinahar citeretsidste måned
    Nuestro mundo infantil de después de la guerra era un mundo de mujeres. Lo que más se me ha quedado en la memoria es que las mujeres no hablaban de la muerte, sino del amor. Contaban cómo se habían despedido la última vez del hombre amado, cómo lo habían esperado, como seguían esperándolo.
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