Papi

El padre de Rowan fue cordial, al principio, presto a encontrar una solución, a cooperar. Tenía una gran mata de pelo y el talante agresivamente afable de alguien acostumbrado a conseguir lo que quería. Una sonrisa contenida

era. Si pasabas demasiado tiempo en su mundo, empezabas a creer en la bondad intrínseca de la vida, empezabas a sentirte a salvo, exonerado

Vivir de ese modo parecía requerir unas capacidades de las que Thora carecía. La capacidad de tomarte tu propia vida en serio, de creer que eras una entidad lo bastante estable para precisar mantenimiento, como si algo de todo esto fuese a alguna parte.

Jonathan se cruzaba a menudo con el artista fumando en la acera de enfrente del edificio, fumando de un modo furioso, feroz, como para meterle prisa a la muerte

las pastillas para la depresión y para el insomnio. Le daban empujoncitos a su estado de ánimo como el contacto de una pareja de baile:

Las identificaba con facilidad por forma y color, las pastillas para la depresión y para el insomnio. Le daban empujoncitos a su estado de ánimo como el contacto de una pareja de bail

podía consolarse a sí misma con eso que decía siempre la gente: que era esa época de la vida. Visto así, cualquier lío en el que estuviese metida parecía ya legitimado.

El perro parecía tristísimo, incomodísimo en el arnés, mientras paseaba por la hierba húmeda con su tripa rosa pálido, y John pensó que era horrible lo que la gente les hacía a los animales: empujarlos a la servidumbre emocional, mantenerlos con vida una última Navidad.

El animal llevaba dentro una maquinaria invisible que lo mantenía con vida, que hacía que su corazón canino siguiera latiendo. Perro robot, canturreó John para sí, echando tierra encima de la cagada con el pie.