Las cartas nos esconden siempre los momentos cumbres, el del reencuentro en México con Guerra después de su estancia en París con Lilia Carrillo, el matrimonio en 1958, la vida en común, la muerte de la primera hija, los abortos, los intentos de suicidio, el nacimiento de Gabriel, la mudanza a la alta y moderna casa de Constituyentes, frente al Bosque de Chapultepec.