El libro de los mártires

La venganza pertenece a Dios. Él, cuando termine el tiempo de Su Paciencia, dará a beber a Babilonia el cáliz de Su justa retribución. Pero nosotros, los cristianos, debemos ahora manifestar la actitud de Dios para con todos los hombres: Su gracia y paciencia.

Su primer cuidado fue investigar la historia antigua y la moderna de la Iglesia; determinar su origen y progreso; considerar las causas de todas aquellas controversias que habían surgido en el intervalo, y sopesar diligentemente sus efectos, solidez, debilidades, etc.

El Dios que se encontró con Saulo de Tarso puede convertir, ha convertido, y mientras dure Su gracia, convertirá a muchos que, pensando servirle, están siguiendo la senda de Caín

La venganza pertenece a Dios. Él, cuando termine el tiempo de Su Paciencia, dará a beber a Babilonia el cáliz de Su justa retribución. Pero nosotros, los cristianos, debemos ahora manifestar la actitud de Dios para con todos los hombres: Su gracia y paciencia.

Debemos aprender, por tanto, a ser «sencillos como palomas, pero prudentes como serpientes»

el creyente aprenderá que la Iglesia de Roma no mantiene la palabra dada

Roma sigue siendo la misma

Enseñará al creyente a no dejarse engañar.

Este libro es asimismo oportuno para nuestros días. El creyente, el cristiano apostólico, no tiene guerra contra carne y sangre, sino contra poderes espirituales (Efesios 6),

quien no conoce la historia, está condenado a repetirla