Alan Valdez

La pérdida de voluntad en el agua

  • Sugey Navarrohar citeretsidste år
    A poco piensas que acercar tus manos a la orilla
    para recoger el agua y beberla,
    tiene algo que ver con el agua
    que te sirves del refrigerador a media noche.

    Un deseo tampoco es el mismo según se vaya
    deseando.
    Hay pérdida de brillo en los metales.
    Se deterioran los cuerpos.
    Se olvidan los nombres de lo que se ama,
    y son remplazados por notas escondidas en libros
    que ya no se leerán,
    o aún más certeros,

    porque ya no somos.

    De todas formas, un nombre no sirve de nada.

    Los nombres no son las cosas.
  • Sugey Navarrohar citeretsidste år
    Te veo leer, aunque no sepa tu nombre.
    Las palabras nunca son las cosas.
    Sonríe cuando camines por la calle.
    Alguien nos está escribiendo.

    Las palabras nunca son las cosas.
    El mar parece copiarse en cada ola,
    pero no podemos decir que sea el mismo mar
    cada vez que pasa su lengua sobre sus labios,
    sobre tus labios,
    como teniendo sed,
    como teniendo hambre.

    Veamos, una sed nunca es la misma,
    porque el agua que se acabe tomando
    tampoco lo es.

    ¿Nunca has mirado cómo se descongela un río?
  • Sugey Navarrohar citeretsidste år
    Todo tiene sentido, menos el lenguaje que uso para enunciarlo.

    El mundo ya estaba completo.

    No necesitaba de nuestro lenguaje.

    Ahora camino, veo mi sombra,

    y dejo mis huellas en algunas partes de la acera.

    La sombra es lo que la luz no alcanza a entender de nosotros.

    Es mediodía.

    Es la mitad de algo.

    De la luz o de esta isla,

    o de este parque.

    Es la mitad de un círculo,
  • Sugey Navarrohar citeretsidste år
    Los nombres no son las cosas.

    Nombramos algo, un mar, por ejemplo, o una piedra. Una piedra dentro de ese mar. Pero en ninguna de las seis palabras anteriores se contiene la calma con la que el mar disuelve
  • Sugey Navarrohar citeretsidste år
    Un hombre camina.

    Va a tomar el tren para regresar a casa.

    Mientras pone sus manos dentro del abrigo

    se acuerda del tacto de otras manos,

    y sus ojos buscan lo que está ausente.

    Buscan en lo vertical de las lámparas.

    Buscan en la necesidad de los árboles por alejarse del suelo.

    Buscan en el desgaste de la pintura en los muros.
  • Sugey Navarrohar citeretsidste år
    Y no esperar ningún relato,

    y solo vivir como la hierba

    que logra crecer entre las fisuras de los muros.

    Ser el muro,

    solo eso,

    para que al caer,

    nuestras ruinas no tengan ninguna forma.
  • Sugey Navarrohar citeretsidste år
    Podemos, también, verternos al vacío,

    tan mínimos como un dios abandonado

    por falta de alguien que pronuncie su nombre.
  • Sugey Navarrohar citeretsidste år
    Qué entrañas debemos tomar entre las manos

    para que la sangre testifique nuestras pérdidas,

    o esperar a que las piedras atiendan su naturaleza

    y caigan según la voluntad más ajena

    para dictarnos cómo se edifica el tiempo desde la asimetría.
  • Sugey Navarrohar citeretsidste år
    Podemos traducir de la nimiedad de las cosas

    el devenir de los hombres

    (de los restos de café,

    de la sal esparcida sobre el fuego).

    O regalarnos a lecturas más sagradas,

    aquellas que están fuera de nuestro tacto,

    que solo le pertenecen a la luz
  • Sugey Navarrohar citeretsidste år
    Hay días en que las cosas pierden su sombra.

    La sombra es el presente de las cosas.

    Un cuerpo es un cuerpo mientras haya luz en su figura.
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