Es el año de 1903, y todo va bastante bien en Yangambi, la estación militar que la Force Publique del rey Leopoldo II tiene en el corazón de África. Los oficiales blancos encargados de que los recolectores de caucho no desfallezcan en su labor sufren lo suyo, pero hacen lo que tienen que hacer y se defienden como soldados de verdad. Pero las cosas empiezan a ser diferentes con la llegado de un nuevo oficial, Chrysostome Liége, y con el anuncio que en su villa de la Costa Azul hace Leopoldo II: quiere visitar el Congo, “su jardín de tres millones de metros cuadrados”, y dotar a los diferentes pueblos que allí habitan de una reina comme il faut, es decir de una reina que esté a la altura de las circunstancias. Por decirlo así, el anuncio dispara todas las ilusiones de la primera autoridad de Yangambi, el capitán Lalande Biran, y la situación se vuelve un tanto difícil.