o como el enojo divino del entrecejo profundamente pronunciado de Dios, que es el padre de Jesucristo, aunque a fin de cuentas padre e hijo son la misma gran persona, que es Jesucristo Nuestro Señor, que Desde Allí Ha de Venir a Juzgar a Los Vivos y a Los Muertos. Jesucristo. Jesucristo. Jesucristo, yo estoy aquí, digo en secreto. Cuánta violencia para amanecer, pienso,