La sabiduría de David R. Hawkins

No es el yo personal, es el ego humano, surgido de la estructura del cerebro y de la experiencia humana en este planeta. Queremos superar y transcender los fallos humanos habituales, que son inherentes a la estructura del ego humano. El ego humano no tu ego, sino el ego humano. De modo que dices: esto es característico del ego humano

Eso te da un centramiento. Una oración de centramiento por la que siempre eres consciente del silencio, que es contexto infinito. La realidad de la presencia de Dios es un silencio infinito. Y entonces, lo que tienes en mente en ese silencio tiende a manifestarse, no como resultado de la causalidad, sino de la manifestación del potencial.

Y te damos las gracias a Ti, oh, Señor, por tu

Número 8. Aceptar que la iluminación es nuestro destino, entendiendo que esta condición es producto de la decisión, de la intención y de la dedicación devocional, que son consecuencia tanto del karma como de la gracia divina

Número 5. Pasar del interés por uno mismo como participante/experimentador a ser el testigo/observador

Número 6. Estar dispuesto a renunciar a juzgar y a opinar sobre lo observado

Lo primero es ser consciente de ti mismo. A continuación, habiéndote hecho más autoconsciente, ahora sientes la motivación para intentar crecer. Digamos que descubres que en realidad estás siendo muy egoísta en cada interacción, y pides a Dios que te ayude a superar este egoísmo. Cuando pides ayuda a Dios, estás abriendo una puerta de energía que antes no estaba allí

Pero, en la orientación, dices: “Querido Dios, estoy intentando ver la perfección y la belleza de todo cuanto existe y pido tu bendición”. Esta es una súplica a Dios para que te ayude en este viaje, y de esta manera también has establecido tu intención. Tu intención es ir más allá de lo lineal, más allá de la percepción, más allá de tus pensamientos, opiniones y de todo el material narcisista con respecto al mundo, y ver el mundo tal como existe. Estás yendo más allá de la diferenciación entre percepción y esencia.

Y, ¿cómo sabe uno que el espacio silencioso está allí? Debido a la conciencia. Uno toma conciencia de un silencio infinito que está por debajo y es más universal que el contenido de la mente, y entonces uno empieza a intentar trasladarse a la fuente, a la fuente misma de esa conciencia consciente. La fuente de la conciencia consciente te lleva al pronombre Yo.

El canto del pájaro no interfiere con el silencio, ocurre dentro del silencio y, por lo tanto, has de aproximarte a la mente con esta misma comprensión. Debido al silencio, eres consciente de lo que estás pensando y sintiendo. Mira el silencio.

El testigo tiene una conciencia, y hay un sustrato que subyace a todo lo anterior que está más allá del tiempo, más allá de la dimensión, y es independiente de la identificación personal.