La industria de la felicidad

El movimiento de la psicología positiva difunde las técnicas y lemas necesarios para que las personas puedan incrementar su felicidad cotidiana, con frecuencia aprendiendo a bloquear y expulsar de la mente los pensamientos y recuerdos negativos. La

Esto es lo que hoy interesa a nuestras élites globales. La felicidad, en sus distintas facetas, ya no es un simple añadido placentero a la prioritaria actividad de ganar dinero, o una aspiración New Age reservada a quienes tienen suficiente tiempo libre como para hornear su propio pan. Como ente mesurable, visible y mejorable, ahora se ha infiltrado en la ciudadela de la gestión económica global

Existe el riesgo de que la ciencia termine por culpar a los individuos de su propio infortunio —medicándolos, de paso— y haga caso omiso del contexto en el que se sitúa.

Existe el riesgo de que la ciencia termine por culpar a los individuos de su propio infortunio —medicándolos, de paso— y haga caso omiso del contexto en el que se sitúa

“Cuanto más abstracta es la proposición —argumentaba—, más probable es que tenga que ver con una falacia.

Esto es lo que hoy interesa a nuestras élites globales. La felicidad, en sus distintas facetas, ya no es un simple añadido placentero a la prioritaria actividad de ganar dinero, o una aspiración New Age reservada a quienes tienen suficiente tiempo libre como para hornear su propio pan. Como ente mesurable, visible y mejorable, ahora se ha infiltrado en la ciudadela de la gestión económica global. Si el Foro Económico Mundial es una referencia, y en el pasado siempre ha acostumbrado serlo, el futuro del capitalismo de éxito depende de nuestra capacidad para combatir el estrés, la tristeza y la enfermedad, y reemplazarlos por la relajación, la felicidad y el bienestar. Las técnicas, medidas y tecnologías que permiten conseguirlo se están infiltrando en las oficinas, las avenidas, los hogares y el cuerpo humano

la implantación de nuevas “religiones seculares”, prácticas de meditación y mindfulness

Sé lo que “felicidad” significa, porque sé cómo describirla en otros y soy consciente de ella cuando acontece en mi propia vida

el utilitarismo. Esta teoría establece que la acción adecuada es aquella que produce el máximo de felicidad

Si la infelicidad cuesta a la economía de Estados Unidos medio billón al año en horas de productividad perdidas y menores ingresos impositivos, según los cálculos de Gallup, ¿quién puede decir que, en el espectro que va de Taylor a la constante deliberación, el grado económicamente óptimo de cooperación y diálogo en el lugar de trabajo no está más cercano al segundo de estos dos polos opuestos?