A.J. Pearce

Querida señora Bird

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  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 4 år siden
    Han sido tus cartas, Em. Me salvaron cada día. Leía todas las que me enviabas. Incluso cuando no sabía qué contestarte, tú nunca te rendiste. Y por mucho que se torcieran las cosas, por mucho que me desesperara, siempre sabía que llegaría una carta tuya. Siempre confiaste en mí. Así que al final supe que tenía que hacer lo mismo
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    Me rendiría —dije rápidamente—. Caramba, si yo hubiera estado en tu lugar, me habría subido por las paredes. Además, mira la que he armado aquí. He sido una maldita inútil de narices
  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 4 år siden
    Pues la idea de perderte a ti también. Ya tenía bastante con la muerte de Bill
  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 4 år siden
    Em —susurró—, «todos» los que estaban en esa sección murieron. Todos. —Tragó saliva con fuerza—. Al principio te culpé a ti, Em, pero no fue culpa tuya. Estaba furiosa por haberlo perdido. Creo que lo único que quería era hacerle daño a alguien. Yo soy quien debería pedir disculpas. Y, de hecho, ¿sabes que fue lo peor de todo
  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 4 år siden
    Sé que eso fue una estupidez —dijo—. Tenía que haberte escrito a ti. Pero no me vi capaz. Después de tantas semanas sin responderte… —Después se puso terriblemente triste—. Lo siento mucho, Em. Tenía que haber hablado contigo. Me he portado fatal
  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 4 år siden
    Nos peleamos por nada. No era asunto mío y tenía que haberme quedado al margen. —Sentí que mi voz se quebraba—. No debí llegar tarde al… —Me costaba nombrar aquel lugar—. Al Café de París. Ha sido todo culpa mía. Lo siento mucho, Bunty. De verdad.
    Ella me cogió de la mano y la estrechó con fuerza.
    —No, Em. No ha sido culpa tuya. No ha sido culpa de nadie. —Se mordió el labio, concentrándose en sus palabras—. Lo digo en serio. Bill me contó lo de las peleas. Me dijo que habías intentado arreglar las cosas, pero que él no te dejó
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    Jovencita, tiene usted mucha chiripa. Muchísima chiripa. Ahora, márchense y déjenme tranquilo. —Hizo una pausa, y estoy segura de que le vi reprimir una sonrisa—. Y, por el amor de Dios, que Henrietta no se entere de que he dicho «chiripa»
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    Señorita Lake, no voy a tomarme esto a la ligera. La señora Bird tiene toda la razón. Su comportamiento ha sido intolerable. No ha sido un desastre total, en vista de la cantidad de cartas recibidas, pero la cuestión no es esa. No puede ir por libre, fijando sus propias reglas.
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    Por un espantoso momento pensé que el señor Collins iba a ponerse a reír, pero logró transformar su risa en una tos. Lord Overton no habría sido más incendiario ni prendiéndole fuego al abrigo de la señora Bird
  • Dianela Villicaña Denahar citeretfor 4 år siden
    antes de que diga nada, entiendo exactamente cómo se siente y no la culpo. Todo este asunto es deshonroso. Pero no voy a dejar que mi organización se convierta en el hazmerreír de todos.
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