Cuando ya fui en tu alcándara la ropa, cuando me di en tus ojos y fui en tu soltería violentada
Martín Eduardo Martínezhar citeretfor 3 år siden
“Ladrándole a la muerte, como antes a la luna y al silencio, el perro abandonó la casa de su cuerpo —dice mi madre— y se fue tras de su alma —los perros tienen alma: un alma mojadita como un trino— con su paso extraviado y generoso el miércoles pasado .
Martín Eduardo Martínezhar citeretfor 3 år siden
Era minúsculo y sencillo como el trigo; luego fue creciendo admirado y displicente al par que mis tobillos y mi sexo; supo de mi primera lágrima: la novia que partía, la novia de las trenzas de racimo y de la voz de lirio; supo de mi primer poema balbuceante cuando murió la abuela; el perro fue en su tiempo de ladridos mi amigo más amigo.