Los grandes personajes de este libro son los escitas, una civilización que pobló las altas llanuras al norte del Mar Negro. Ellos descubrieron el caballo e inventaron la montura y los arreos para convertirlo en una feroz máquina de guerra. Con ellos, asaltaron a todas las poblaciones siberianas y llegaron a conquistar imperios tan distantes como aquel asentado en el Desierto de Gobi, aquel colindante con el norte de de Israel, la Samaria. De paso, descubrieron las propiedades de la cannabis sativa (marihuana), que propagaron por todos los imperios circundantes. Guerreros infinitos, derrotaron a Darío el Persa, quien los atacó con 700.000 hombres. Los arqueólogos y antropólogos modernos consideran que los escitas posibilitaron la formación de Europa, que sin ellos, como dique de contención, no habrían soportado el paso de los guerreros mongoles lo que hoy son Roma, París o Londres. Hay otros asombros: podremos escuchar a Sócrates dialogando con Platón, y a Alcibíades tratando de seducir a Sócrates en plena guerra del Peloponeso. O también la relación que mantuvieron por algunos siglos los escitas y las amazonas. Un libro ágil, moderno, pleno de proposiciones, que lleva a mirar la historia con ojos nuevos y nuevos entusiasmos.