El Sabbat es como recibir el regalo de un día de gran nevada cada semana. Las tiendas están cerradas. Los caminos son intransitables. De repente tienes el regalo de un día para hacer lo que quieras. No tienes obligaciones, ni presiones ni responsabilidades. Tienes permiso para jugar, estar con amigos, tomar una siesta, leer un buen libro. Pocos de nosotros nos entregaríamos con frecuencia a «un día sin obligaciones».