—Por lo que yo sé, se va a casa de su hermana.
—Por lo que tú sabes. Pero tú no sabes casi nada.
Enid creía saber lo que eso significaba, ese resentimiento y ese veneno, aquella energía acumulada para despotricar. La señora Quinn buscaba nerviosamente un enemigo. Las personas enfermas sienten rencor hacia quien está sano, y a veces ocurre entre los maridos y sus esposas e incluso entre madres e hijos.