una buena lección –si bien con frecuencia puede ser dura– para un hombre que ha soñado con alcanzar fama literaria y hacerse, por ese medio, un lugar respetado entre las personalidades mundiales más destacadas, salirse del círculo estrecho en que se reconocen sus méritos, y descubrir cuán carente de significado resulta, fuera de ese círculo, todo cuanto logra y todo aquello a lo que aspira.