es
Diane Setterfield

El cuento número trece

Giv mig besked når bogen er tilgængelig
Denne bog er ikke tilgængelig i streaming pt. men du kan uploade din egen epub- eller fb2-fil og læse den sammen med dine andre bøger på Bookmate. Hvordan overfører jeg en bog?
  • Claudette Sánchezhar citeretfor 6 år siden
    Durante esa época, envuelta por una soledad desacostumbrada, Emmeline había encontrado formas de evadirse de su dolor. Descubrió pasatiempos y entretenimientos con los que llegó a disfrutar de verdad, juegos a los que no estaba dispuesta a renunciar simplemente porque su hermana hubiera vuelto.
  • Claudette Sánchezhar citeretfor 6 år siden
    Así y todo, consiguieron conectar de nuevo y volvieron a ser gemelas. Pero Emmeline ya no era la gemela de antes, aunque Adeline no lo percibió de inmediato
  • Claudette Sánchezhar citeretfor 6 år siden
    Les habían infligido una herida, de modo que allí permanecieron, tumbadas, nariz contra nariz mirándose con los ojos bizcos. Sin una palabra. Sin una sonrisa. Parpadeando al unísono.
  • Claudette Sánchezhar citeretfor 6 år siden
    Mi madre y yo éramos como dos continentes distanciándose lenta pero inexorablemente; mi padre, el constructor del puente, no dejaba de alargar la frágil estructura que había construido para conectarnos
  • Claudette Sánchezhar citeretfor 6 år siden
    —Un acto despiadado, en efecto, pero los niños pueden ser muy crueles. Lo que pasa es que no nos gusta pensar eso de ellos.
  • Claudette Sánchezhar citeretfor 6 år siden
    —Me alegro de verte —dijo Hester bajando las escaleras—. Pero dime, ¿quién eres? ¿Adeline o Emmeline?
  • Claudette Sánchezhar citeretfor 6 år siden
    No teníamos ni idea de qué era ese algo. Nunca habíamos imaginado nada igual.
    Lo descubrimos más tarde.
    Hester estaba limpia. Toda ella restregada, enjabonada, enjuagada, frotada y encremada.
  • Claudette Sánchezhar citeretfor 6 år siden
    El rostro carecía de rasgos destacables. Sin embargo, no podíamos dejar de mirarla. La miramos hasta que nos dolieron los ojos. En cada poro de su pequeño rostro anodino había luz. Algo brillaba en su ropa y en su pelo. Algo irradiaba de su equipaje. Algo proyectaba un resplandor en torno a su persona, como una bombilla. Algo hacía que resultara exótica.
  • Claudette Sánchezhar citeretfor 6 år siden
    Y lo cierto era que no me importaba. Ya fuera por la sucesión de impresiones que había tenido o por la influencia de ese entorno tan extraño, el caso es que sentía que todo lo que pudiera contar sobre mí en aquel lugar, a ese hombre, permanecería siempre allí, con él, y no llegaría a ningún otro lugar del mundo.
  • Claudette Sánchezhar citeretfor 6 år siden
    La gente casi nunca repara en mí el tiempo suficiente para hacerme preguntas personales.
fb2epub
Træk og slip dine filer (ikke mere end 5 ad gangen)