Leigh Bardugo

Reino de ladrones

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En Ketterdam, la ciudad de los mercaderes y los ladrones, hay una guerra abierta. Múltiples bandos están jugando todas sus bazas para lograr el control absoluto de la «jurda parem», y con ella, el de un imparable poder Grisha. Mientras, Kaz solo piensa en una cosa: venganza. Contra quienes pusieron su vida en peligro, contra quienes le engañaron, contra quienes le convirtieron en lo que es. Tiene un plan en marcha, uno que va a hacer aún más peligrosas unas calles que ya eran un campo de batalla.
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Vurderinger

  • Sol Mejiahar delt en vurderingfor 2 år siden
    👍Værd at læse
    🚀Opslugende
    😄Vildt sjov

    Me sacó lágrimas y emociones que no esperaba.

    Siento algo de tristeza de saber que la historia de los cuervos termina aquí pero todos los finales (excepto uno) han sido de mi agrado. Todos los personajes aprendieron su lección sin perder su esencia; evolucionaron increíblemente pero conservaron su fabuloso humor y eso es un total 10 para mí.

    Leigh logró que me enamorara del Grishaverse y de cada cuervo.

    Salve Kaz 🙌🏼

  • Mon159har delt en vurderingfor 3 år siden
    👍Værd at læse
    🎯Læseværdig
    🚀Opslugende
    💧Tåreperser

  • Sofíahar delt en vurderingfor 3 år siden
    👍Værd at læse
    🎯Læseværdig
    🚀Opslugende
    💧Tåreperser

Citater

  • lorf72har citeretfor 3 år siden
    Mejor verdades terribles que mentiras amables.
  • Denis Fdzhar citeretfor 3 år siden
    —Se suponía que íbamos a conseguirlo todos —dijo Wylan con suavidad.

    A lo mejor aquello era ingenuo, la protesta del hijo de un mercader rico que solo había probado un poco la vida del Barril. Pero Jesper se dio cuenta de que él había estado pensando lo mismo. Tras todas las huidas alocadas y por los pelos, había comenzado a creer que los seis estaban de algún modo encantados, que sus pistolas, el cerebro de Kaz, el ingenio de Nina, el talento de Inej, la ingenuidad de Wylan y la fuerza de Matthias los habían hecho indestructibles de algún modo. Podían sufrir. Podían recibir golpes, pero Wylan tenía razón: al final, se suponía que todos debían permanecer en pie.

    —Sin llantos —dijo Jesper, sorprendido por el dolor de las lágrimas en su garganta.

    —Sin funerales —respondieron todos con suavidad.
  • Denis Fdzhar citeretfor 3 år siden
    —Habría ido a por ti —dijo, y cuando vio la mirada recelosa que ella le lanzó, volvió a decirlo—. Habría ido a por ti. Y si no pudiera caminar, me arrastraría hasta ti y, sin importar lo rotos que estuviéramos, lucharíamos juntos, con los cuchillos fuera y las pistolas disparando. Porque eso es lo que hacemos. Nunca dejamos de luchar.

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