La caricia del infierno (Los Elementos Oscuros 2)

Para aquellos que nunca dejan de creer,
que nunca dejan de intentarlo y que nunca pierden la esperanza.

Te quiero, Layla. ¿Me oyes? Te he querido desde el primer momento que oí tu voz y voy a seguir queriéndote. Pase lo que pase. Te quiero

–¿Te has drogado? –me preguntó Stacey en voz baja mientras se apartaba el espeso flequillo de los ojos oscuros

–Te deseo tanto que es como un hambre que me mordisqueara sin fin. Y no desaparece.

–Conozco esa mirada. Y tú también. Porque es como yo te miro.

Había muchas posibilidades de que aquello acabara horriblemente mal, pero mis manos formaron un puño y me mordí el labio con tanta fuerza que un sabor metálico me llenó la boca ante el primer roce ligero de sus labios contra…

Pero eso no importaba mientras bajaba y su cabeza descendía hasta un lugar cercano a donde descansaba la cabeza de Bambi.

Para aquellos que nunca dejan de creer,
que nunca dejan de intentarlo y que nunca pierden la esperanza.