—Te vi, y enseguida quise estar cerca de ti. Quería que me dejaras entrar en tu vida. Quería conocerte como nadie te había conocido nunca. Te quería a ti, todo lo que tú eres. Y ese deseo casi me volvió loco. —Patch hizo una pausa e inhaló lenta, intensamente, como si quisiera respirarme—. Y ahora que te tengo, lo único que me asusta es que la vida me obligue a volver a revivir aquello: desearte sabiendo que mi deseo no puede cumplirse. Eres mía, Ángel. Toda tú. Y no pienso permitir que nada lo cambie.