En Apuntes para servir a la historia del origen del ejército destinado a Ultramar en 1 de enero de 1820 Antonio María Alcalá Galiano analiza algunos de los sucesos principales del llamado Trienio liberal.
Alcalá Galiano fue testigo protagonista clave de los hechos aquí relatados. En 1819, se reunió en Andalucía un ejército destinado a sofocar la sublevación de las colonias españolas en América. Por entonces el coronel Rafael del Riego, al mando del 2º Batallón Asturiano, junto a otros oficiales proclamaron la Constitución de Cádiz de 1812.
Riego se alzó en la población sevillana de Las Cabezas de San Juan el 1 de enero de 1820. Allí leyó la siguiente proclama, redactada por el propio Antonio María Alcalá Galiano:
España está viviendo a merced de un poder arbitrario y absoluto, ejercido sin el menor respeto a las leyes fundamentales de la Nación. El Rey, que debe su trono a cuantos lucharon en la Guerra de la Independencia, no ha jurado, sin embargo, la Constitución, pacto entre el Monarca y el pueblo, cimiento y encarnación de toda Nación moderna. La Constitución española, justa y liberal, ha sido elaborada en Cádiz, entre sangre y sufrimiento. Mas el Rey no la ha jurado y es necesario, para que España se salve, que el Rey jure y respete esa Constitución de 1812, afirmación legítima y civil de los derechos y deberes de los españoles, de todos los españoles, desde el Rey al último labrador (…)
Sí, sí, soldados; la Constitución. ¡Viva la Constitución!
Tras la proclama se sucedieron los levantamientos en Galicia y la Constitución de 1812 fue proclamada en La Coruña, Ferrol y Vigo. El 7 de marzo de 1820, el Palacio Real de Madrid fue rodeado por una multitud. Entrada ya la noche, el rey se decidió a firmar un decreto en el que proclamaba su decisión, en acuerdo con “la voluntad general del pueblo”, de jurar la Constitución de Cádiz. Así el 10 de ese mismo mes, se hizo publico el Manifiesto del rey a la Nación española en el que mostraba su apoyo a dicha constitución, dando inicio al Trienio liberal.