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Carmen Martín Gaite

Todos los cuentos

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  • Angélica Hernández Moraleshar citeretfor 2 år siden
    Pero es un poco triste tener que decir que a uno le han pasado cosas porque se ha comprado coche y un apartamento
  • Angélica Hernández Moraleshar citeretfor 2 år siden
    aún no hemos llegado a la etapa en que esto se puede decir sin que el otro se ofenda, sino que es necesario fingir que se ha olvidado todo proyecto y preocupación ante la maravillosa realidad del ser deseado
  • Luis Romerohar citeretfor 4 år siden
    Pero el mendigo pensaba: «Un día se me irá, y hará muy bien. Si encuentra un amo rico, con derecho a esclavizarle, ese le pondrá nombre».
  • Luis Romerohar citeretfor 4 år siden
    Ni mañana ni ayer. Ahora es todo nuestro. Podemos soñar que siempre será nuestro. ¿No sentís clavado el instante como una aguja florecida?, ¿no os duele en el corazón su plenitud?
  • Luis Romerohar citeretfor 4 år siden
    Si sabemos marcharnos diciendo: «Hasta mañana», nos quedaremos para siempre y nos lo llevaremos todo en nosotros.
  • Angélica Hernández Moraleshar citeretfor 4 år siden
    Por dentro de los ojos cerrados, Amparo, o sea, el fragmento de su imagen que me había sido dado poseer, revivía para mí solo
  • Angélica Hernández Moraleshar citeretfor 4 år siden
    Tienes que aceptar las cosas duras, cuando son duras, y no pedirme que te las haga yo ver de otro color más agradable, pero falso.
  • Angélica Hernández Moraleshar citeretfor 4 år siden
    Porque es a ella a la que yo escogí, pudiendo haber escogido a otra. A esta quiero. A la de voz de grillo en la margen de un camino
  • Angélica Hernández Moraleshar citeretfor 4 år siden
    Es ella, mi mujer. Cuando se mueve es igual que si muevo un brazo mío. Y a un brazo de uno se le tiene amor, aunque casi nunca se sepa. De un brazo propio no se puede prescindir. No importa que sea flaco, o a lo mejor peludo, o que tenga incluso varias cicatrices. Y para colocarse en cualquier sitio hay que contar también con el lugar que él ocupará. No voy a prescindir de mi mujer. No puedo prescindir de ella. De ella precisamente, de la mía.
  • Angélica Hernández Moraleshar citeretfor 4 år siden
    Ahora se ha vuelto ella y busca algo en unos estantes que hay sobre mi cabeza. Podría abrazarla por la cintura, apretar la cabeza contra su regazo, pedirle que en mucho rato no se separara
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