Aunque los cronistas de la época olvidan comentar la gran cantidad de mujeres que fueron otorgadas a los españoles, se rescatan algunas cifras y nombres. Por ejemplo, Bernal Díaz del Castillo —soldado cronista español de la época— en su Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España dice que en Cempoala el cacique Chicomeacatl da a su sobrina a Cortés. Catalina, nombre con el que se le bautizó, casualmente es el mismo que el de la esposa que Cortés tenía en España. Es importante notar que los frailes iban bautizando mujeres por donde se asentaban los españoles, pero celebrar esta ceremonia no implicaba convertirse al catolicismo sino el consentimiento para que los hombres españoles mantuvieran relaciones sexuales con las mujeres nativas.