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Bøger
Sören Kierkegaard

La pureza de corazón es querer una sola cosa

Este tratado del filósofo dinamarqués es el primero de los veinte Discursos edificantes de diverso tenor, que vieron la luz en Copenhague el 13 de marzo de 1843. Más que un tratado, es la oración de un penitente que en soledad y recogimiento interior ruega para que en su corazón se cumpla el deseo de querer de verdad una sola cosa: el Bien, única eternidad en el tiempo que se aplica y resiste a todos los cambios.

Deseo ignorado o siempre postergado, sólo puede ser actualizado por dos guías: remordimiento y arrepentimiento, capaces de modificar el corazón para disponerlo al acto sagrado de la confesión. Confesión concentrada y en silencio, susceptible de ser efectuada por cada individuo solitario, en la hora undécima, la del llamado al encuentro del Bien, que llega en cualquier momento de la vida, tanto para el anciano como para el joven. Si esa hora tarda en venir o no viene, es porque la duplicidad de hombre irresoluto no le permite limpiar su corazón. Inconstante en todos sus caminos, su doble voluntad bloquea, demora y corrompe, hasta que lo conduce a la perdición.

Concebido por Kierkegaard como «preparación espiritual para el oficio de la confesión» (recordemos que Kierkegaard, como pastor protestante, al referirse a la penitencia habla de “oficio” y no de “sacramento”), arroja, en su lectura contemporánea, los elementos de un apasionado alegato contra la «masificación” del individuo, capaz de preservar su identidad única e irreductible si se atreve a erguirse, solo, cara a cara, él mismo frente a Dios.

El estudio introductorio, a cargo del Dr. Luis Farré, introduce la personalidad y pensamiento del autor, lo ubica en relación con las preocupaciones filosóficas de su época y la nuestra, y señala los aspectos más sobresalientes a tener en cuenta en la lectura de esta obra en particular.
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Oprindeligt udgivet
2018
Udgivelsesår
2018
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Citater

  • Alvaro E. Segovia Garcíahar citeretfor 2 år siden
    La pausa también es movimiento. Es el íntimo movimiento del corazón. La pausa equivale a profundizar en la intimidad. En cambio, el hecho de proceder siempre hacia adelante significa ir directamente por el camino de la superficialidad.
  • Soliloquios Literarioshar citeretfor 5 år siden
    Vivió y comprobó la falla del moralismo, e insiste en la eficacia de los hechos, pero estos sólo son éticos en cuanto expresan una interna condición transformada
  • Soliloquios Literarioshar citeretfor 5 år siden
    Kierkegaard no pudo callar y se atrevió, disconforme con su iglesia y, luego, consecuentemente, con la clase de fieles que formara. Actitud que suponía una tremenda lucha íntima: pertenecía a un ambiente que, en parte, lo comprometía y obligaba, pues reconoce que le fueron otorgadas oportunidades de bienestar y cultura negadas a muchos otros; pero también, conciencia escrupulosa y, a veces quizá demasiado meticulosa, rehusaba el menor acomodo, a su parecer adverso a los dictados de lo exigido por la rectitud cristiana. Temperamento agudamente introvertido, se autoanalizaba, siempre insatisfecho, pues lo que era no expresaba en ecuanimidad lo que creía o imaginaba que debía ser. Lo atormentaba la idea de un ajuste vital jamás logrado

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