Me gustas mucho, Mara. Me gusta hablar contigo. Me gusta verte hacer yoga. Me gusta la forma en que siempre hueles a protector solar. Me gusta cómo te las arreglas para decir casi todo lo que quieres sin dejar de ser increíblemente amable. Me gusta estar en esta casa contigo y todo lo que hacemos aquí. —Su garganta se mueve—. No creo que sea una sorpresa que realmente me guste la idea de follarte