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Natalia Ginzburg

Me case por alegria

  • Andrea Poulainhar citeretfor 6 år siden
    Había aprendido a pensar. Me había convertido en una persona diferente.
  • Silvia Quiñoahar citeretfor 6 måneder siden
    Nos hemos casado como si se estuviese quemando la casa.
  • Belén Arteagahar citeretfor 2 år siden
    ¡Qué extrañas estas madres que se quedan agazapadas allí en el fondo de nuestra vida, en las raíces de nuestra vida, en medio de la oscuridad, tan importantes, tan determinantes para nosotros! Uno se olvida mientras vive, o se le pasa, o cree que se le pasa
  • Belén Arteagahar citeretfor 2 år siden
    GIULIANA Vaya por Dios que no he tenido todos los amantes que piensa tu madre.

    PIETRO Siempre estás a tiempo.

    GIULIANA ¿Siempre estoy a tiempo? ¿Es que todavía puedo tener unos cuantos amantes siendo tu mujer?

    PIETRO Mientras seas mi mujer ni en sueños, pero siempre te puedes divorciar.
  • Marlik Mariaudhar citeretfor 2 år siden
    daba la sensación de que en el fondo de sus almas había algo punzante. Eran como avispas. Cuando te encontré y vi que no eras una avispa, me casé contigo.
  • Adriana Garzahar citeretfor 3 år siden
    ¿Nunca te lo he dicho? Quién sabe cuántas cosas no te he dicho. No ha habido tiempo todavía. ¡En el fondo nos conocemos tan poco! Nos hemos casado a toda prisa…, como los ladrones.

    Entra Vittoria.
  • Adriana Garzahar citeretfor 3 år siden
    sión costaba ocho mil liras, así que la segunda vez que fui le dije: «¿Cómo es posible que tenga que pagar ocho mil liras la sesión sólo por hablar? Y encima a una persona que me da la espalda… Estoy hasta el cuello de deudas, no tengo casa, no tengo nada, ¿y encima vengo aquí a gastarme ocho mil liras por sesión?».
  • Adriana Garzahar citeretfor 3 år siden
    Me encanta hablar, me encanta contar mis cosas, pero cada se
  • Adriana Garzahar citeretfor 3 år siden
    VITTORIA ¿Y no le da sed hablar tanto?
  • Adriana Garzahar citeretfor 3 år siden
    GIULIANA Es verdad, no lo sabía, estaba hasta el cuello de deudas y no tenía trabajo. Y tampoco es que tuviera muchas ganas de trabajar. Le dije: «Pietro, me casaré contigo, ¡pero de pronto me da miedo no amarte! ¡Con Manolo estaba como hechizada! ¡Y contigo no es como con Manolo!». Y él me dijo: «Paciencia». Cuando Elena volvió a casa se lo dije, le dije: «¿Sabes qué? Que he encontrado a uno que se quiere casar conmigo».
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